Hace ya un año, salió a la luz el macroproyecto Gran Scala en el que se preveía la construcción de 32 casinos, 70 hoteles, 32 museos, 3 campos de golf, un hipódromo, un canódromo, 5 parques temáticos, 250 tiendas VIP, un complejo cinematográfico, un centro de convenciones internacional, un teatro de la ópera, varios teatros, complejos deportivos, de salud y zonas residenciales.
Dispondría de estación de AVE y acceso a la autopista con tres carriles hasta las ciudades más próximas.
En total, alrededor de 2500 hectáreas de suelo, en la comarca de los Monegros, con una previsión de 25 millones de visitantes al año, entre 100 y 200 vuelos chárter diarios con una inversión prevista de 17.000 millones de euros.
Este proyecto es una tomadura de pelo, como cualquier otro de similares características que, olvidándose de un desarrollo sostenible y equilibrado, sólo buscan la rentabilidad económica para unos pocos sin importarles el impacto y los costes sociales y medioambientales que el proyecto pueda ocasionar.
Por ello, el Gobierno de Aragón junto con ILD (promotora del macroproyecto) vuelcan su esfuerzo inversor y las políticas públicas en un proyecto al servicio de intereses particulares, ordenación del territorio desequilibrada, irracional e insostenible.
El proyecto propone una especialización económica basada fundamentalmente en el juego como motor de atracción. Esto supone generar y potenciar una demanda exacerbada consumista y compulsiva de ocio, donde la persona queda supeditada al negocio.
Los valores y actitudes que este proyecto impulsa (el enriquecimiento fácil y sin esfuerzo, el consumismo, el impulso a un ocio vacío, la adquisición de hábitos poco saludables -juego, alcohol,...-) son sin duda referentes muy negativos especialmente para los procesos educativos de niños y jóvenes.
Además, de forma inevitable según muestra la experiencia, se facilita el surgimiento de actividades y entornos marginales y marginadores (droga, prostitución, mafia...).
Quienes promueven este proyecto no son empresarios emprendedores, más bien entidades que buscan rentas y plusvalías ajenas a la eficiencia y el libre juego del mercado. Su inversión es mínima en términos financieros y técnicos, procurando rentabilidades rápidas en el corto plazo sin asumir responsabilidades.
Nos lo venden, promoviendo la cantidad de puestos de trabajo que va a generar. Es cierto. ¿Pero como van a ser esos puestos de trabajo? Este tipo de negocios tiende a generar puestos de trabajo de baja calidad, temporales, de escasa remuneración y muy limitados en su promoción profesional y formativa. (un campo de concentración también crea puestos de trabajo, ¿por eso es bueno?)
Todas estas razones (ocio vacío, intereses particulares, destrucción del medio ambiente, especulación, cifras ridículas -con el dinero presupuestado no construyen ni un tío-vivo, Roma suele recibir 6 millones de visitantes ¿Y Gran Scala pretende 25 millones? JÁ...-) deberían parecer suficientes para rechazar un proyecto como este; pero si además es conocido que la sociedad B. M. Parts, principal accionista de ILD (promotora del macroproyecto), se enmascara tras un típico (y laberíntico) entramado empresarial con cuentas en paraísos fiscales, que su último balance declarado muestra una clara situación de desequilibrio financiero que rozaría la insolvencia y que su único administrador, Paul Stephan Allegrini ya ocupó una situación similar en la red societaria que pretendió montar un casino virtual por Internet, Goldenpot, que acabó en fiasco total, y que encima el Gobierno de Aragón no obligaría a la promotora a exigir garantías de solvencia, sino que "lo verían por fases"... podemos llegar a la conclusión de que se trata de una Gran Estafa que no estamos dispuestxs a consentir.
Dispondría de estación de AVE y acceso a la autopista con tres carriles hasta las ciudades más próximas.
En total, alrededor de 2500 hectáreas de suelo, en la comarca de los Monegros, con una previsión de 25 millones de visitantes al año, entre 100 y 200 vuelos chárter diarios con una inversión prevista de 17.000 millones de euros.
Este proyecto es una tomadura de pelo, como cualquier otro de similares características que, olvidándose de un desarrollo sostenible y equilibrado, sólo buscan la rentabilidad económica para unos pocos sin importarles el impacto y los costes sociales y medioambientales que el proyecto pueda ocasionar.
Por ello, el Gobierno de Aragón junto con ILD (promotora del macroproyecto) vuelcan su esfuerzo inversor y las políticas públicas en un proyecto al servicio de intereses particulares, ordenación del territorio desequilibrada, irracional e insostenible.
El proyecto propone una especialización económica basada fundamentalmente en el juego como motor de atracción. Esto supone generar y potenciar una demanda exacerbada consumista y compulsiva de ocio, donde la persona queda supeditada al negocio.
Los valores y actitudes que este proyecto impulsa (el enriquecimiento fácil y sin esfuerzo, el consumismo, el impulso a un ocio vacío, la adquisición de hábitos poco saludables -juego, alcohol,...-) son sin duda referentes muy negativos especialmente para los procesos educativos de niños y jóvenes.
Además, de forma inevitable según muestra la experiencia, se facilita el surgimiento de actividades y entornos marginales y marginadores (droga, prostitución, mafia...).
Quienes promueven este proyecto no son empresarios emprendedores, más bien entidades que buscan rentas y plusvalías ajenas a la eficiencia y el libre juego del mercado. Su inversión es mínima en términos financieros y técnicos, procurando rentabilidades rápidas en el corto plazo sin asumir responsabilidades.
Nos lo venden, promoviendo la cantidad de puestos de trabajo que va a generar. Es cierto. ¿Pero como van a ser esos puestos de trabajo? Este tipo de negocios tiende a generar puestos de trabajo de baja calidad, temporales, de escasa remuneración y muy limitados en su promoción profesional y formativa. (un campo de concentración también crea puestos de trabajo, ¿por eso es bueno?)
Todas estas razones (ocio vacío, intereses particulares, destrucción del medio ambiente, especulación, cifras ridículas -con el dinero presupuestado no construyen ni un tío-vivo, Roma suele recibir 6 millones de visitantes ¿Y Gran Scala pretende 25 millones? JÁ...-) deberían parecer suficientes para rechazar un proyecto como este; pero si además es conocido que la sociedad B. M. Parts, principal accionista de ILD (promotora del macroproyecto), se enmascara tras un típico (y laberíntico) entramado empresarial con cuentas en paraísos fiscales, que su último balance declarado muestra una clara situación de desequilibrio financiero que rozaría la insolvencia y que su único administrador, Paul Stephan Allegrini ya ocupó una situación similar en la red societaria que pretendió montar un casino virtual por Internet, Goldenpot, que acabó en fiasco total, y que encima el Gobierno de Aragón no obligaría a la promotora a exigir garantías de solvencia, sino que "lo verían por fases"... podemos llegar a la conclusión de que se trata de una Gran Estafa que no estamos dispuestxs a consentir.
SOMOS DUEÑXS DE NUESTRO DESTINO
Asamblea Oscense Stop Gran Scala
3 comentarios:
Paul Stephan Allegrini monta un casino virtual por Internet, Goldenpot, que acabó en fiasco total, y ahora el Gobierno de Aragón alimenta su nueva gran timada y sin exigir garantías de solvencia.
Da igual su pasado
Da igual que no tengan dinero
Da igual que no presenten avales
Se les cree como a dioses, se les da las leyes, nuestra DIGNIDAD COMO PUEBLO ARAGONES, se les regala presentaciones, se les intenta comprar un motor milagroso...
Y las oficinas de Plaza ¿Donde estan?
¿Donde estan los de ILD? ¿Quienes son?
Estafas piramidales, paraisos fiscales, plazos y más plazos,laberinto de empresas
¿Que ha de suceder para que nos demos cuenta? ¿Que estamos dispuestos a perder?
Esta es la imagen que damos de Aragón.
ILD+DGA+GRAN STAFA= VERGUENZA
Da mucha verguenza la situación en la que nos encontramos.
Muy bien por vosotros!!!
teneis que vencer esta batalla, si la perdeis los estragos seran cuantiosos, he dicho.
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