Hace ya varios meses que una serie de personas de Los Monegros nos organizamos para manifestar nuestro rechazo al proyecto de ocio y juego “Gran Scala” (GS) que la empresa promotora ILD, con el apoyo del Gobierno de Aragón (GA), pretende que se instale en Los Monegros.
Superado el primer momento de indignación que un proyecto de este tipo ocasiona en personas con una conciencia social determinada y por qué no decirlo con una marcada orientación política, no precisamente liberal o conservadora, nos pusimos a trabajar. Después del acto informativo que la Comarca realizó en el casino de Sariñena con presencia del vicepresidente del GA y del consejero de industria, organizamos la primera charla en Sariñena, a la que han seguido numerosas charlas por distintos puntos de la geografía aragonesa y también de otras comunidades.
Nuestro balance es positivo, aunque sólo sea por el hecho de estar haciendo lo que nos dicta nuestra conciencia, aunque sólo sea por el hecho de defender nuestra dignidad. Y no entramos a valorar conciencias o dignidades ajenas, pues no pensamos que debamos hacerlo. Ni tampoco vamos a faltar al respeto a quienes apoyan el proyecto, simplemente vamos a dar nuestra opinión, a lanzar nuestras dudas, a exponer nuestros miedos. ¿Por qué? Porque GS representa para nosotros un modelo de desarrollo, y de sociedad por tanto, que nos asusta, que es totalmente contrario al que nosotros defendemos. Un modelo donde prevalece el capital sobre las leyes, el beneficio sobre las personas, el despilfarro sobre la austeridad en un contexto de crisis ambiental, los valores de postal sobre la integridad de las personas, un modelo donde la dignidad se ahoga entre máquinas tragaperras y decorados de cartón piedra. Un modelo en el que no queremos que se vean reflejados nuestros jóvenes, un modelo que no queremos para nosotros, ni para nuestras familias, y tal vez haciendo gala de un curioso “egoísmo” no queremos para nadie. Nos llamarán soñadores, pues sí, nos gusta soñar e imaginar… imaginar que los recursos y las personas de cada zona se emplean en promover actividades que garanticen la justicia social, imaginar y por tanto actuar para que así sea, imaginar y por tanto pedir a la administración que busque el bienestar de las personas, pero por otros medios.
Sin ser dueños de la maquinaria mediática, hemos llegado a mucha gente, en las charlas, en el trabajo, en la calle, en la red… y hemos podido ver como muchas nos han dado su apoyo, como otras han rebatido nuestros argumentos, y como también algunas, es una percepción deseamos que equivocada, han actuado como si por el hecho de manifestar nuestra opinión estuviéramos ofendiéndolas.
Celebramos que poco a poco, cada vez más colectivos sociales se vayan cuestionando el proyecto GS, pero lamentamos que tras seis meses las distintas administraciones sigan sin fomentar la reflexión y el debate, y lo que debería ser más preocupante y no sólo para las personas que nos oponemos frontalmente al proyecto, que las distintas administraciones sigan sin prestar atención a los posibles riesgos que se derivarían de su puesta en marcha. ¿Dónde se asentará la nueva población? ¿Cómo obtendrán su vivienda? ¿Cuánto más cara costará la nuestra y cuando se encarecerá la vida para todos gracias al proyecto? ¿Qué pasará con la seguridad y la tranquilidad que hasta ahora hemos disfrutado? ¿Quién podrá competir con el gran capital que llegará? ¿Cuántos pequeños negocios tendrán que cerrar? ¿Será mejor la opción de trabajar por cuenta ajena en GS? ¿Qué garantías laborales ofrecen este tipo de trabajos? ¿Y el agua, en las previsibles épocas de futuras sequías, quién se la beberá, nuestra agricultura? ¿Quién tendrá al alcance 24 horas al día 365 días al año los casinos? ¿Cuántas familias se arrepentirán de la existencia de los mismos? ¿En qué va a beneficiar a los valores que configuran la personalidad de nuestros jóvenes? ¿Qué actividades aparecerán vinculadas al juego? ¿Queremos esto? ¿Y en tiempos de crisis, cuando no lleguen los turistas a los casinos, quién padecerá la crisis social? Si antes de llegar este gran capital ya legisla, ¿a nadie le da miedo qué podrá hacer cuándo esté instalado?
Además del riesgo social, tampoco queremos olvidar el riesgo financiero asumido por el GA, que fundamenta su “apuesta” en base a una previsión de 25 millones de visitantes anuales (no sólo nosotros somos soñadores), y que compromete una inversión indeterminada, pero cuantiosa, sin garantía de recuperación, inversión que pensamos debería destinarse al desarrollo de su gente. Más cuestionable parece, si cabe, esta previsión y el apoyo brindado por el GA, cuando recientemente ha salido en prensa la trayectoria de algunos de los promotores del proyecto GS, con quiebras, escándalos financieros, deudas con la administración española…
Nos llena de tristeza que parezca que, a pesar de todo, a pesar de la crítica de buena parte de la sociedad aragonesa, el proyecto siga para delante. Que siga, sin fomentarse el diálogo y el debate, que siga, sin realizarse un análisis de los perjuicios sociales que se derivarán, y que siga, y eso también duele, sin otras referencias y argumentos hacia los que nos oponemos al proyecto, por parte de alguno de los administradores del GA, que las del tipo… “caerán como cañas de bambú”, “el cambio climático lo provoca el humo que les sale de la cabeza”, “se han gastado más dinero que el GA”, “la sociedad civil tiene que ser activista contra ellos”… Creemos que los gobernantes han eludido su compromiso de defender la pluralidad y la libertad de opinión, empobreciendo la democracia con su actitud y no queriendo respetar a un NO tan digno como un Sí, ante una sociedad civil responsable con su convivencia y su porvenir. Realmente esto es muy triste y a muchos debería hacer reflexionar
Otro mundo es posible pero no a gran escala LMNSV
Superado el primer momento de indignación que un proyecto de este tipo ocasiona en personas con una conciencia social determinada y por qué no decirlo con una marcada orientación política, no precisamente liberal o conservadora, nos pusimos a trabajar. Después del acto informativo que la Comarca realizó en el casino de Sariñena con presencia del vicepresidente del GA y del consejero de industria, organizamos la primera charla en Sariñena, a la que han seguido numerosas charlas por distintos puntos de la geografía aragonesa y también de otras comunidades.
Nuestro balance es positivo, aunque sólo sea por el hecho de estar haciendo lo que nos dicta nuestra conciencia, aunque sólo sea por el hecho de defender nuestra dignidad. Y no entramos a valorar conciencias o dignidades ajenas, pues no pensamos que debamos hacerlo. Ni tampoco vamos a faltar al respeto a quienes apoyan el proyecto, simplemente vamos a dar nuestra opinión, a lanzar nuestras dudas, a exponer nuestros miedos. ¿Por qué? Porque GS representa para nosotros un modelo de desarrollo, y de sociedad por tanto, que nos asusta, que es totalmente contrario al que nosotros defendemos. Un modelo donde prevalece el capital sobre las leyes, el beneficio sobre las personas, el despilfarro sobre la austeridad en un contexto de crisis ambiental, los valores de postal sobre la integridad de las personas, un modelo donde la dignidad se ahoga entre máquinas tragaperras y decorados de cartón piedra. Un modelo en el que no queremos que se vean reflejados nuestros jóvenes, un modelo que no queremos para nosotros, ni para nuestras familias, y tal vez haciendo gala de un curioso “egoísmo” no queremos para nadie. Nos llamarán soñadores, pues sí, nos gusta soñar e imaginar… imaginar que los recursos y las personas de cada zona se emplean en promover actividades que garanticen la justicia social, imaginar y por tanto actuar para que así sea, imaginar y por tanto pedir a la administración que busque el bienestar de las personas, pero por otros medios.
Sin ser dueños de la maquinaria mediática, hemos llegado a mucha gente, en las charlas, en el trabajo, en la calle, en la red… y hemos podido ver como muchas nos han dado su apoyo, como otras han rebatido nuestros argumentos, y como también algunas, es una percepción deseamos que equivocada, han actuado como si por el hecho de manifestar nuestra opinión estuviéramos ofendiéndolas.
Celebramos que poco a poco, cada vez más colectivos sociales se vayan cuestionando el proyecto GS, pero lamentamos que tras seis meses las distintas administraciones sigan sin fomentar la reflexión y el debate, y lo que debería ser más preocupante y no sólo para las personas que nos oponemos frontalmente al proyecto, que las distintas administraciones sigan sin prestar atención a los posibles riesgos que se derivarían de su puesta en marcha. ¿Dónde se asentará la nueva población? ¿Cómo obtendrán su vivienda? ¿Cuánto más cara costará la nuestra y cuando se encarecerá la vida para todos gracias al proyecto? ¿Qué pasará con la seguridad y la tranquilidad que hasta ahora hemos disfrutado? ¿Quién podrá competir con el gran capital que llegará? ¿Cuántos pequeños negocios tendrán que cerrar? ¿Será mejor la opción de trabajar por cuenta ajena en GS? ¿Qué garantías laborales ofrecen este tipo de trabajos? ¿Y el agua, en las previsibles épocas de futuras sequías, quién se la beberá, nuestra agricultura? ¿Quién tendrá al alcance 24 horas al día 365 días al año los casinos? ¿Cuántas familias se arrepentirán de la existencia de los mismos? ¿En qué va a beneficiar a los valores que configuran la personalidad de nuestros jóvenes? ¿Qué actividades aparecerán vinculadas al juego? ¿Queremos esto? ¿Y en tiempos de crisis, cuando no lleguen los turistas a los casinos, quién padecerá la crisis social? Si antes de llegar este gran capital ya legisla, ¿a nadie le da miedo qué podrá hacer cuándo esté instalado?
Además del riesgo social, tampoco queremos olvidar el riesgo financiero asumido por el GA, que fundamenta su “apuesta” en base a una previsión de 25 millones de visitantes anuales (no sólo nosotros somos soñadores), y que compromete una inversión indeterminada, pero cuantiosa, sin garantía de recuperación, inversión que pensamos debería destinarse al desarrollo de su gente. Más cuestionable parece, si cabe, esta previsión y el apoyo brindado por el GA, cuando recientemente ha salido en prensa la trayectoria de algunos de los promotores del proyecto GS, con quiebras, escándalos financieros, deudas con la administración española…
Nos llena de tristeza que parezca que, a pesar de todo, a pesar de la crítica de buena parte de la sociedad aragonesa, el proyecto siga para delante. Que siga, sin fomentarse el diálogo y el debate, que siga, sin realizarse un análisis de los perjuicios sociales que se derivarán, y que siga, y eso también duele, sin otras referencias y argumentos hacia los que nos oponemos al proyecto, por parte de alguno de los administradores del GA, que las del tipo… “caerán como cañas de bambú”, “el cambio climático lo provoca el humo que les sale de la cabeza”, “se han gastado más dinero que el GA”, “la sociedad civil tiene que ser activista contra ellos”… Creemos que los gobernantes han eludido su compromiso de defender la pluralidad y la libertad de opinión, empobreciendo la democracia con su actitud y no queriendo respetar a un NO tan digno como un Sí, ante una sociedad civil responsable con su convivencia y su porvenir. Realmente esto es muy triste y a muchos debería hacer reflexionar
Otro mundo es posible pero no a gran escala LMNSV
2 comentarios:
bravo, super de acuerdo con vosotros. muy bien escrito, dicho & pensado. a mas pienso que puede haber efectos negativos al nivel psicologico por la adiccion al juego. sigo de francia vuestra mobilizacion y voy informando lo mas posible. con vosotros. fani.
Me gustaría que este artículo mañana fuera portada de toda la prensa aragonesa. Nada más que añadir. Gracias.
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