"Me han lanzado piedras y me dicen que me vaya", afirma el afectado.
Un vecino de Ontiñena, el emplazamiento elegido para el complejo de juego y ocio Gran Scala, ha denunciado que está siendo objeto de una "persecución política" por parte de unos desconocidos, en torno a seis personas que llevan la cara tapada, esgrimen barras de hierro y actúan de noche. El denunciante, M. A. F., sostiene que estos individuos, que identifica con la fiesta de los quintos y "otros personajes", ataron días atrás una bandera franquista en la ventana de su casa y lanzaron huevos, naranjas y piedras contra él y la fachada del inmueble.
El afectado ha pedido al Ayuntamiento de Ontiñena que "tome medidas" para evitar que se vuelvan a repetir actos similares y para que identifique a los autores de las acciones. Además solicita que se reparen "los daños físicos y morales" que han sufrido él y su familia, así como otros vecinos y entidades del pueblo.
M. A. F. mantiene que estos hechos empezaron a producirse el pasado 21 de abril, de madrugada, y que el Día de Aragón tuvo que soportar de nuevo a sus acosadores cuando salió a la calle con la intención de aclarar lo que sucedía. "En la madrugada del día 24 volvieron a la carga y esa noche cantaron una canción en la que decían que me fuera del pueblo", explicó ayer el denunciante.
PETICIÓN DE AYUDA "¿Cómo podría este ayuntamiento, que organiza los festejos de las fiestas de los quintos, no tener interés en evitar estas situaciones que afectan gravemente a la convivencia?", se pregunta M. A. F., que ha intentado hablar con sus agresores y no lo ha conseguido.
"Un día me acerqué en la plaza mayor a uno de esos que llevan una barra de hierro, al que acompañaban otras dos personas, y me dijeron, por toda explicación, que ellos son quintos y que tienen autorización para hacer lo que quieran", indicó. "Me espetaron: Tú eres forastero, y si no estás conforme, te vas".
Para M. A. F., que denunció su situación ante el registro del Ayuntamiento de Ontiñena, el consistorio "tiene la responsabilidad de que haya un clima festivo y de que no cunda la violencia callejera y el desprecio al civismo".
En su opinión, no se trata de hechos aislados cometidos exclusivamente por unos pocos individuos, ya que en alguna ocasión ha visto que los que celebran las fiestas de los quintos aparecen junto con otras personas. La cuestión es que, según M. A. F., en la puerta de su casa pueden verse las marcas dejadas por las pedradas y los desperfectos provocados por los ataques de que ha sido objeto y que ahora quiere que se esclarezcan.